La apariencia externa de una cosa, en contraposición a la materia de que está compuesta; conjunto de líneas y superficies que determinan su contorno. En derecho el conjunto de requisitos externos o aspectos de expresión en los actos jurídicos; se aplica al conjunto de cuestiones procesales en contraposición al fondo del pleito o causa.
En filosofía, según la teoría aristotélico-escolástica, uno de los elementos constitutivos del ser existente, el que constituye la esencia de la cosa. En Kant el término adquirió un significado nuevo: la comprensión de la realidad empírica está centrada en el par contenido-forma. El contenido consiste en los estímulos sensibles procedentes del exterior; la forma es lo que el sujeto «pone» para ordenar y sistematizar los datos sensibles.
En matemática, cualquier aplicación forma de un espacio vectorial V sobre K en el cuerpo K. El conjunto de formas lineales de V sobre K, es el espacio dual V. En lógica, el modo como se combinan los elementos de una proposición.
En psicología, el resultado de la percepción de una significación. La forma tiene la cualidad de la pregnancia que determina la mayor o menor facilidad con la que es percibida como figura en relación con el fondo.
En botánica, categoría sistemática algo imprecisa, en general considerada inferior a la variedad: una forma latifolia, una forma glabra, de tal o cual especie. Se puede leer también en algunas etiquetas: Mentha rotundifolia forma, o, abreviado, fma., para indicar que no se trata de la planta típica sino de una modificación más o menso ligera de la misma. En las Reglas Int. de Nom. Bot., a la variedad sigue la subvariedad y a ésta la forma. «Cuando dentro del ámbito de una especie existen tipos que se distinguen de los demás, pero que no pueden calificarse de modificaciones (cambios no hereditarios) ni de mutaciones, por falta de pruebas, podría recomendarse para designarlos el empleo provisional de las voces variedad o forma (Wettstein, Trat. de Bot., 4ª ed.). En sentir de Rouy y Foucaud (Fl. de France, I), sinónimo de raza, tal como se entiende en horticultura, de un grado superior al de la variedad; criterio, en cierto modo, ratificado por Rouy más tarde (1. c., X, 1908), como consecuencia de las decisiones del Congreso de Bot. de Viena (1905); a partir del indicado tomo X, el término forma se substituye por raza.
En lingüística, término usado con muy distintas acepciones. En el sentido saussuriano del término, se opone a sustancia o realidad semántica y fónica no estructurada: la forma resulta de la compartimentación de tales sustancias por el sistema de signos de la lengua. En una acepción tradicional se opone a contenido como la estructura de la lengua no interpretada semánticamente se opone al significado. En la moderna literatura lingüística se entiende por forma toda unidad (fonema, morfema, palabra, frase, etc.) definida por un conjunto de rasgos formales de comportamiento externo sin que se tenga en cuenta el significado.