Borde de una cosa, orla o extremidad de la vestidura. En astronomía, contorno aparente de un astro. En palinografía, límite visual o borde del disco aparente del grano de polen esférico (Wodehouse, 1935). En los musgos, la margen foliar, de estructura y color distintos de los de la porción media. En la corola gamopétala, la parte libre de los pétalos, que forma como una orla en el extremo del tubo. En este sentido empleó Linné el término (Fil. Bot., trad. Palau).
Luego se ha extendido el concepto al cáliz gamosépalo y al perigonio gamotépalo. Los botánicos españoles del siglo XVIII no hablan del limbo de la hoja como parte de la misma, porque para ellos el pecíolo no intervenía en su constitución, y la hoja se reducía a la lámina foliar; Cavanilles, y más tarde Yáñez (Lecciones de Hist. Nat. 1820), mantienen el mismo criterio. Considerando el pecíolo parte integrante de la hoja, la porción laminar de la misma recibió después el nombre de limbo: «puede considerarse la hoja como formada de dos partes, el pecíolo y el disco o limbo, es decir, aquella parte frecuentemente plana y verdosa que constituye la hoja propiamente dicha» (Nuevos Elementos de Bot. por A. Richard, trad. de F. Oliveres, t. I. 1839). Posteriormente se ha generalizado el empleo de este término aplicado a la hoja (lámina). Barnades dió a esta voz otra significación: «en el ámbito o circunferencia (de la hoja) se distinguen el margen…..de ambos lados, borde, en latín «ora o limbus»….(Barn., 1. c.).