Los mucílagos son análogos por su composición a las gomas; dan con el agua disoluciones viscosas o se hinchan en ella para formar una pseudodisolución gelatinosa. Se encuentran en las algas y en ciertos hongos en los esfagnos y en muchos vegetales. Por oxidación dan ácido múcico y, por hidrólisis, pentosa y hexosa. Proceden de las degradaciones de la celulosa, calosa, lignina y de la materia péctica, distinguiéndose en clases diferentes según las substancias originarias. Un ejemplo de mucilago es el contenido en la semilla de lino.